Muchas de las calles o avenidas de nuestra entidad se tiñen de rojo cuando despierta la flor de este singular árbol, hablamos del Flamboyán

Carlos Bojórquez Urzaiz, describe como este singular árbol se convirtió en parte de los paisajes de Yucatán «originario del África Oriental, de donde lo trasladaron los franceses a las Antillas Menores, pasando más tarde a Cuba, y de Cuba a Yucatán, deja ver la diversidad de componentes que integra el rostro que identifica a los yucatecos. Se sabe que los primeros árboles que florecieron en Mérida fueron sembrados por don Manuel Cirerol en 1876, en el rumbo de la colonia Azcorra, con semillas traídas de La Habana por don Félix Martín Espinosa. Desde entonces abundan plantas de esta especie en Mérida y en el interior del estado, y se asegura que hasta bien entrado el siglo XX no existían muchos de estos árboles en otras partes de México.»

Pero la particularidad de este frondoso árbol, ademas de su bello colorido cuando florece, es el tamaño de sus raíces y cómo estas destruyen banquetas e incluso infraestructura del ayuntamiento o viviendas. Además de la basura que estos pudieran generar.

En un medio local Margarita Jiménez Bañuelos, del Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY), como subdirectora del jardín botánico, puntualizó que dicho árbol se sembró en todo Yucatán ya que era un «boom»  o parte de una moda que ya pasó y lo que ahora es tendencia es plantar árboles nativos del Estado.