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TENER MASCOTAS CONSENTIDAS AFECTA LA SALUD MENTAL; SEÑALA ESTUDIO

En los últimos años, la moda por tratar a los perros o gatos como miembros de la familia se ha incrementado y hemos adoptado los términos «perrhijo» y «gathijo» porque, pues, claro, son de nuestra familia. Sin embargo, pensar que los animales son personas podría afectar nuestra salud al punto de causarnos trastornos.

De acuerdo con Raúl Valadez Azúa, del Instituto de Investigaciones Antropológicas de la UNAM, manejar a los «perrhijos» bajo pautas equivalentes al cuidado de un niño puede dañarnos psicológicamente a nosotros y a ellos. En sus palabras, al momento de elegir a un lomito se debe tener en cuenta el legado biológico y cultural.

«Cuando alguien trata a un can como si fuera un humano, rompe con la interacción hombre-perro que se formó desde hace 20 mil años. Introducir a un animal a un esquema que no es parte de su esencia afecta su perspectiva y es incapaz de procrear, porque no reconoce a los miembros de su especie como sus pares», dijo Valadez, quien también agregó que a partir de los 80’s, los lomitos se transformaron en un artículo de comercio, ya que al adquirir uno también se compra gran cantidad de objetos para él, siendo esto reforzado cuando salieron películas que mostraban a estos animales como protagonistas. «Todos querían ciertas razas, sin importar si eran las más adecuadas para las necesidades de la familia», explicó Raúl.

Las palabras de Azúa son reforzadas por el especialista de la UNAM, Moisés Heiblum, quien afirmó que la causa por la que los «perrhijos» pueden causar los trastornos mentales es debido al afecto que les brindamos, provocando que tengamos grandes expectativas en ellos.

«Dormir con el perro, gastar más dinero en él que en ti, comprarle ropa, publicar fotografías en redes sociales, crear perfiles para ellos, celebrar su cumpleaños y llamarlo «mi bebé», son señales de que podrías padecer un trastorno psicológico».

Heiblum detalla que el tratar a los perros como «bendiciones» les crea dependencia, ya que de esta forma se acostumbran a estar cerca de nosotros y esto les crea un apego excesivo.

¿Deberíamos dejar de tratar a los perros como humanos?

 La adiestradora de perros Annie Grossman comenta que el comportamiento del can tiene mucho que ver en nuestra manera de «consentirlos»: «Los animales carismáticos tienden a recibir una cantidad ilógica de cuidado y atención humana. La tristeza provocada por las imágenes de un oso polar cuyo hábitat se está reduciendo a menudo supera la simpatía generada por un refugiado climático en la misma situación. No recuerdo la última vez que fui al médico para un chequeo de rutina, pero llevo a Luna (mi perro) dos veces al año. Es «problemático», dice Grossman, quien añade que «(a veces solemos) tratarlos como si quisiéramos tratar a una persona. Los perros deben ser perros; evolucionaron para cazar, trabajar y vivir en manadas. Les damos todo lo que necesitan. Pero… ¿eso realmente le está dando al perro la mejor vida posible?».

En la conferencia «Ensamble vidas de perros. Acercamientos Interdisciplinarios a las presencias caninas en la historia», en el marco del Seminario de Investigación Avanzada Estudios del Cuerpo, Valadez Azúa, resaltó que los perros son animales domésticos cuya historia se une profundamente con la del hombre en el tiempo.

 «Salvo algunos pueblos asentados en islas del Pacífico, no hay cultura o civilización en la que no estén presentes. Esta convivencia es real, con esquemas de comunicación, vínculos afectivos, alimento y espacio compartidos, cuidado mutuo, y en donde los individuos adultos reconocen a las crías del otro como seres que deben ser protegidos».

Si bien la manera de tratar a su mascota es decisión propia, Heiblum recomienda no incluir a los perros en los rituales o costumbres humanas, ya que son actividades que no entienden ni necesitan.

Con información de Gaceta UNAM, Sumédico.lasillarota.com, The New Yorker

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