EL MEJOR TRABAJO ES EL ENSEÑAR CON AMOR
Esbeidy Guadalupe Álvarez es madre de César Adrián, un niño de cuatro años que ama los colores, las vocales y la vida, quien por una situación de salud no había sido inscrito en un plantel preescolar y ahora es uno de los beneficiados de los servicios de las Aulas Hospitalarias.
Desde que César tiene un año acude al hospital “Doctor Agustín O’Horán” para recibir puntualmente su tratamiento, pero esa ya no es la única razón por la que quiere visitar el nosocomio, sino porque desea convivir con sus maestras, las cuales dan clases ahí a otros 123 infantes que como él no están en un sistema escolarizado.
Se trata de las llamadas Unidades de Apoyo a la Educación Básica en los Hospitales (Uaebh), creadas con el fin de contribuir a la disminución del rezago educativo de niñas, niños y jóvenes que se encuentran hospitalizados, en tratamiento o en rehabilitación.
Actualmente, uno de estos espacios está ubicado en donde César es atendido y también existe otro más en el área de Pediatría del Hospital Regional T1 del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
“Desde que mi hijo está en tratamiento no va a ninguna escuela, entonces el estar en esta aula lo beneficia muchísimo porque así no se atrasa. Cuando él vaya al kínder seguro no le costará nivelarse con sus compañeros. Aquí ha aprendido lo básico: sabe contar, reconoce los colores y algunas letras”, narró Esbeidy.
El hecho de que este sitio opere, tanto para el infante como para su madre, se convierte en un maravilloso respiro. Las maestras confirman que César llega emocionado cada día por los colores y los juguetes que le ayudan a aprender. De esta manera, él entra más seguro y tranquilo a sus sesiones con los médicos.
“A mí me da gusto que exista esta área, cuando llegamos no me lo esperaba, pero saber que existe me da emoción y alegría por mi hijo”, añadió la mamá.
Desde 2012 a la fecha, son más de mil 700 pacientes atendidos, provenientes de Mérida y del interior del estado, así como de Quintana Roo, Campeche, Chiapas y Tabasco, e inclusive de Belice.
Para Lizbeth Alejandrina López Narváez, con más de siete años en este proyecto y responsable del Aula Hospitalaria del nosocomio, esto se trata de una bendición, pues son las niñas y niños quienes la llenan de fortaleza cada instante.
“Por muy raro que pudiera parecer, se piensa que ellos no tienen ganas de aprender, sin embargo, siempre tienen una motivación para estudiar, para conocer, para ser felices”, comentó.
Las personas involucradas en esta dinámica realizan sus planeaciones con base en los programas de la Secretaría de Educación. Por las condiciones de los infantes, se hacen las adaptaciones precisas, incluso se trabaja muy de la mano con los padres, pues son quienes los acompañan de manera directa.
Aunque Lizbeth enseña a los estudiantes a leer, escribir y reconocer su entorno, ellos le muestran el valor de la familia, la unidad, la gratitud y la perseverancia, así como a sonreír ante toda circunstancia. “Las niñas y niños que aquí vienen, más que pacientes, más que estudiantes, son guerreros y nos dan lecciones de vida todo el tiempo”, expresó.
Es así como la Secretaría de Educación del Gobierno del Estado de Yucatán (Segey) extiende cada vez más sus servicios para que los infantes tengan la oportunidad de superarse a través del conocimiento.